jueves, 19 de mayo de 2011
roma
c) Los comicios
En el caso de la República romana hay que hablar de comicios o asambleas en plural,
porque, además de la Asamblea curiada, heredada de la época monárquica y reducida
a funciones protocolarias, había dos tipos de asamblea: la Asamblea centuriada y la
Asamblea tributa. Ambas eran diferentes en cuanto a sus funciones, el sistema de
votación e, incluso, el lugar de reunión, aunque los participantes eran los mismos, es
decir, los ciudadanos romanos.
La Asamblea La Asamblea La Asamblea centuriada. centuriada. centuriada. Su fundación se atribuía al rey Servio Tulio, pero debió ----....
de ser posterior. En ella, los ciudadanos votaban, distribuidos según sus riquezas, en
cinco clases o niveles, cada uno de los cuales estaba dividido en un número
determinado de secciones o centurias (193 en total). Cada centuria tenía un voto. La
función principal de la Asamblea centuriada era electoral: en ella se elegían las
magistraturas «mayores» (pretores, cónsules, censores). Se reunía en las afueras de
Roma, en el Campo de Marte.
La Asamblea tributa. La Asamblea tributa. La Asamblea tributa. Tuvo su origen en la primitiva asamblea plebeya (concilium----....
plebis), pero a partir del siglo VVVVI I I I a.C. participaban ya todos los ciudadanos, patricios
y plebeyos. Votaban distribuidos en tribus o distritos electorales, según el lugar de HISTORIA DE ROMA
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residencia: había cuatro tribus urbanas y treinta y una rurales. Era la asamblea
legislativa por excelencia, aunque también se elegían en ella las magistraturas
«menores» (ediles y cuestores) y los «tribunos de la plebe». Se reunía habitualmente
5. 2. Historia interna:
L L L La organización social ----....
El esquema de la distribución de la población romana, heredado de la época
monárquica (libres y esclavos; los primeros, patricios y plebeyos), sufrió a lo largo de
la República profundas transformaciones:
1. El «orden ecuestre o de los caballeros» emergido de la plebe, ya en época
monárquica, adquirió un poder formidable, sobre todo económico: su control de las
finanzas, la industria, el comercio, el tráfico de esclavos, el cobro de impuestos, etc.,
lo convirtió en uno de los pilares básicos de la administración del Imperio, en
competencia con el «orden senatorial».
2. El patriciado, como clase social, siguió manteniendo su prestigio y sus
prerrogativas. Pero como clase política se diluyó en ese «orden senatorial» al que ya
no controlaba en exclusiva. Muchas familias patricias se extinguieron por falta de
descendencia o se arruinaron. Su lugar fue ocupado por miembros del «orden
ecuestre» que escogieron la política en vez de los negocios: eso sí, los senadores
patricios seguían siendo tratados de patres; los otros eran llamados conscripti.
3. Los plebeyos campesinos en su mayoría, llevaron la mayor parte del peso en la
expansión imperialista. Pero al contrario que para las clases dominantes (senadores y
caballeros), para ellos el engrandecimiento de Roma fue su ruina: o perdieron sus
tierras a causa de la guerra o no pudieron competir con los grandes latifundios
explotados a base de esclavos. Muchos acabaron refugiados en Roma, sin oficio ni
beneficio (eran los proletarii, que no tenían más que prole), y sobrevivían de la
beneficencia pública (repartos de alimentos y dinero) o de la privada (como
«clientes»).
4.Los esclavos crecieron desmesuradamente en número como consecuencia de las
continuas y prolongadas guerras y se convirtieron en la mano de obra que hacía
funcionar todos los sectores económicos («economía esclavista»). Su mismo comercio
se convirtió en uno de los negocios más productivos.
Había una distinción clara, de importantes consecuencias, entre los ciudadanos de
Roma y los súbditos del Imperio. Sólo a los primeros se les reconocían los derechos
políticos (sobre todo, el derecho al voto y a apelar a los tribunales de la capital) y los HISTORIA DE ROMA
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derechos privados (propiedad, comerc matrimonio). La ciudadanía romana era un
privilegio y estaba férreamente controlada: a los habitantes de Italia no se les
reconoció este derecho hasta el siglo I a.C.; y en las provincias se concedía con
cuentagotas como recompensa individual o colectiva a servicios prestados.
5. 5. 5. 5. 3. Historia externa: de la urbe al orbe de la urbe al orbe
Durante la época republicana, el dominio de Roma se extiende progresivamente
desde las orillas del Tíber hasta abarcar el conjunto de los países ribereños del
Mediterráneo (Mare Nostrum). Fue un proceso largo y complejo, dirigido por el
Senado y ejecutado por sus legiones y magistrados.
• Siglo y y primera mitad del siglo IV a.C. • Siglo y y primera mitad del siglo IV a.C.
Se lleva a cabo la conquista del centro de Italia en una lucha a veces escalonada, a
veces simultánea con frecuentes cambios de alianzas, contra los pueblos de la zona:
los propios latinos, los etruscos, los ecuos de la zona montañosa del interior, los
volscos que vivían al sur del Lacio. Además Roma tuvo que enfrentarse en la primera
mitad del siglo IV a.C. a los ataques de los galos del norte de Italia, que llegaron
conquistar la ciudad en dos ocasiones (especialmente trágica la del año 390 a.C.).
• Segunda mitad del si • Segunda mitad del siglo IV glo IV glo IV y primera mitad del siglo III a.C. primera mitad del siglo III a.C. primera mitad del siglo III a.C.
Los romanos conquistan el sur de Italia. Primero consiguieron doblegar a los
samnitas, después de tres encarnizadas guerras, y finalmente impusieron su dominio
sobre las florecientes colonias griegas (victoria sobre Tarento y su aliado el rey griego
Pirro).
• Segunda mitad del siglo III a.C. • Segunda mitad del siglo III a.C.
Se producen los enfrentamientos con los cartagineses (Guerras Púnicas):
Primera Guerra Púnica Primera Guerra Púnica (264-241 a.C.). Acabó con la expulsión de los cartagineses de
la isla de Sicilia, que pasó a ser la primera Provincia del Imperio Romano.
Segunda Guerra Púnica Segunda Guerra Púnica (219-202 a.C.). Roma declaró la guerra por el ataque de los
cartagineses a Sagunto, ciudad aliada de los romanos. Aníbal invadió Italia, a través
de los Alpes, derrotando a los ejércitos romanos en varias memorables batallas
6. 6. 6. Imperio
El Imperio duró también cinco siglos (es llamativa la simetría en la cronología
romana) y, como ya se ha indicado, se divide tradicionalmente en dos períodos:
Alto Imperio, hasta finales del siglo III, y Bajo Imperio, hasta el año 476. Hay
grandes diferencias entre uno y otro periodo, tanto en lo que se refiere a la historia
interna (régimen político y organización social) como a la historia externa (situación
del Imperio y relaciones con los pueblos que lo rodeaban).
6. 1. Historia interna: regímenes políticos
• El Alto Imperio: Principado • El Alto Imperio: Principado
Con Octavio Augusto se inicia un sistema político conocido por «principado», porque
el emperador ostentaba el título oficial de princeps. En teoría, el régimen
republicano seguía vigente, pero, en la práctica, el princeps dominaba sobre todas las
instituciones del Estado (magistraturas, Senado, asambleas). En esencia era una HISTORIA DE ROMA
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vuelta al poder monárquico (palabra griega que significa «en manos de uno solo»).
Augusto consiguió este poder absoluto gracias al apoyo del ejército con que derrotó a
Marco Antonio en el año 31 a.C. en la batalla de Actium. A partir de entonces fue
acumulando honores (princeps Senatus, augustus, pater patriae...) y los poderes
básicos (potestad tribunicia e imperio proconsular vitalicios, «control de las
costumbres», pontificado máximo, poder legislativo...).
Los sucesores de Augusto en el cargo recibían todos estos honores y poderes una vez
eran aceptados por el ejército, verdadero árbitro de la situación, en una ceremonia
protocolaria del Senado. Como la sucesión no estaba reglamentada ni el poder era
legalmente hereditario, el ejército, sobre todo las cohortes pretorianas acantonadas
en Roma, elegía al futuro emperador unas veces entre los miembros de la familia
imperial, otras veces entre los generales más prestigiosos o más «generosos».
Las antiguas instituciones republicanas quedaron totalmente desvirtuadas. Las
magistraturas se convirtieron en una especie de «títulos nobiliarios». Las asambleas
desaparecieron. El Senado retuvo algo de su antiguo poder y pasó a ser el órgano
legislativo, siempre bajo la autoridad del emperador.
En este periodo se crearon nuevos cargos públicos, como los prefectos (encargados de
la administración de la capital del Imperio), los procuradores (funcionarios al
servicio directo del emperador, en Roma y en- las provincias) y los jefes de la
cancillería (encargados de los distintos «ministerios»: justicia, administración de las
provincias, reclamaciones, asuntos exteriores, etc.). Los funcionarios más
importantes constituían el Consilium Principis, verdadero gobierno del Imperio.
.2. 6.2.El Bajo Imperio: Diocleciano
Para poner orden en el caos político, social, económico y militar en que había caído
el Imperio desde mediados del siglo III, Diocleciano procedió a una reestructuración
radical del sistema imperial: le dio un carácter abiertamente monárquico, absolutista,
al estilo oriental; el emperador era considerado como un dios, dueño y señor
(dominus) del Imperio y de la vida y hacienda de sus súbditos.
Diocleciano dividió el Imperio en dos: él se encargó de la parte oriental (capital,
Nicomedia) y nombró a Maximiano para la occidental (capital, Milán), los dos con el
título de Augusto. Cada uno de ellos nombró un viceemperador con el título de
César, destinado a sucederle. Este sistema de cuatro gobernantes se denomina
tetrarquía.
La tetrarquía no sobrevivió a su creador. Los dos Augustos abdicaron en el año 304 y
enseguida estallaron los conflictos, hasta que Constantino volvió a unificar el
Imperio (con capital en Constantinopla). Pero fiel a la nueva concepción dinástica
del poder. en su testamento lo repartió entre sus hijos.
Las unificaciones y particiones se repitieron a lo largo del siglo IV hasta que el
emperador Teodosio dividió el Imperio entre sus hijos y así quedó definitivamente.
3 6.36.3 6.3. Historia interna: las clases sociales
Durante la época del Imperio, la «clasificación» social se organiza sobre la base de la
distinción de dos niveles claros: el de los humiliores (los pobres, es decir, la inmensa HISTORIA DE ROMA
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mayoría) y el de los honestiores (la minoría adinerada). Este último nivel estaba
dividido a su vez en dos estamentos: el senatorial y el de los caballeros.
La distinción entre ciudadanos y no ciudadanos va perdiendo importancia: los
derechos de ciudadanía se conceden cada vez con más facilidad y amplitud hasta que
acaban por extenderse a todos los habitantes del Imperio en tiempos del emperador
Caracalla (año 212).
El número de esclavos había seguido creciendo (había ricos propietarios que los
contaban por miles). Pero también muchos de ellos eran liberados (manumitidos),
con lo que pasaban a constituir un nuevo estamento social cada vez más numeroso e
importante: el de los libertos.
Los libertos no tenían reconocida la ciudadanía (sí sus hijos) y mantenían el nomen
de su antiguo dueño. Muchos llegaron a destacar en el mundo de los negocios o a
ocupar puestos de gran responsabilidad en la nueva administración imperial.
glo Ia.C.
Augusto incorporó al Imperio el riquísimo reino de Egipto y culminó la conquista de
Hispania tras vencer a los cántabros y astures (19 a.C.). Dividió la Península en tres
provincias: Bética, Lusitania y Tarraconense.
• Siglo I
Se fija el limes (frontera) del Imperio en los ríos Danubio-Rhin y se amplía con los
territorios de Mauritania, al sur, e Inglaterra, al norte.
Siglo II
Se amplía el Imperio por Oriente (Arabia. Armenia, Mesopotamia) y en Europa el
emperador Trajano conquista la Dacia (actual Rumania). Su sucesor. Adriano,
español como él, fija y fortifica las fronteras del Imperio, que alcanza en esta época
su momento de máxima expansión y esplendor.
Siglo III
La presión de los distintos pueblos bárbaros sobre las zonas fronterizas del Imperio se
hace cada vez más difícil de contrarrestar, tanto en Oriente (los partos) como en
Europa (los germanos). Empiezan a producirse incursiones hasta el interior (Italia,
Hispania). Godos, alanos, francos y otros pueblos bárbaros van tomando posiciones
ya dentro de las fronteras. HISTORIA DE ROMA
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• Siglo IV
Todos estos pueblos van ocupando zonas cada vez más extensas. Por el este de
Europa irrumpen los visigodos, empujados a su vez por los hunos; en Oriente son los
persas. Los emperadores romanos a duras penas mantienen el control sobre el
Imperio, gracias a un ejército formado en su mayoría por tropas bárbaras y mandado
por generales bárbaros.
• Siglo V
A comienzos de siglo hay una entrada masiva de pueblos por la frontera norte
(suevos, vándalos, burgundios...), que se suman a los ya instalados. Comienzan a
disputarse entre ellos la ocupación de las distintas zonas del Imperio. De hecho sus
reyes y generales dominan ya a los propios emperadores, que cada vez lo son más
sólo de nombre. La propia Roma es saqueada varias veces, hasta que en el 476 un jefe
bárbaro, Odoacro, destituye al último emperador romano, llamado Rómulo, como el
fundador.
fin ...
REALIZADO POR : MARIA JOSE GALLEGO MORENO Y PAQUI BAROSO CASALVAZQUEZ ..
martes, 17 de mayo de 2011
1. 1.1. Historia interna e historia externa
Por «historia de Roma» se entiende la de la propia ciudad, como república o
ciudad-Estado, desde su fundación (siglo VIII a.C.) hasta la desaparición del
Imperio Romano de Occidente, trece siglos más tarde: su sistema de gobierno, la
organización social, el urbanismo... Es lo que se llama «historia interna».
La relación de Roma con los distintos pueblos con los que fue enfrentándose
sucesivamente, en Italia primero, en Europa, Asia y África después, se denomina
«historia externa».
Ambos aspectos, aunque bien diferenciados, transcurren paralelamente, y los
acontecimientos que se producen en uno y otro ámbito se interfieren e influyen
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